Dice Julia Otero en una entrevista que hoy existe la necesidad de identificarse ideológicamente con alguien. Supongo que si lo dice será porque piensa que es así. Pero en lo que a mí respecta las cosas no son exactamente de ese modo. Yo prefiero centrarme en las ideas y las actitudes, y puedo sentir mayor o menor simpatía por alguien en función de sus actitudes, en primer lugar, y de sus ideas en segundo. Todos tenemos derecho a equivocarnos, de modo que dejar de lado a alguien por lo que piensa no es justo, lo que importa es su actitud, el deseo de buscar lo mejor y el interés que se pone en ello.
Identificarse con alguien, o con un grupo, lleva directamente a la separación entre nosotros y ellos y darse inevitablemente de narices, al doblar la primera esquina, con ese político malcarado y amenazante que es Arzallus. La independencia de criterio siempre es muy sana, aunque no está exenta de riesgos, pues hay mucha gente dispuesta a imponer el suyo por los métodos que sean. La independencia de criterio obliga a analizar las cosas antes de formarse opinión y dudar de ella a renglón seguido. Es un requisito indispensable para encontrar la verdad, a la que nunca se puede estar seguro de haber llegado.
Relato verídico
Benedicto XVI, en Valencia
Identificarse con alguien, o con un grupo, lleva directamente a la separación entre nosotros y ellos y darse inevitablemente de narices, al doblar la primera esquina, con ese político malcarado y amenazante que es Arzallus. La independencia de criterio siempre es muy sana, aunque no está exenta de riesgos, pues hay mucha gente dispuesta a imponer el suyo por los métodos que sean. La independencia de criterio obliga a analizar las cosas antes de formarse opinión y dudar de ella a renglón seguido. Es un requisito indispensable para encontrar la verdad, a la que nunca se puede estar seguro de haber llegado.
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