miércoles, septiembre 13, 2006

Maeso

Es imposible que me condenen, dijo Maeso al inicio del proceso judicial al que está sometido. Sin duda que eso lo tuvo que pensar teniendo en cuenta los conocimientos que había cuando ocurrieron los hechos. Pero las ciencias avanzan que es una barbaridad y hoy hay medios más avanzados, con lo que la situación del anestesista se vuelve complicada.
Maeso, cuya inteligencia no se puede poner en duda, tenía a favor el descontrol que, al parecer, había en la Sanidad, que permitía muchas cosas que cualquiera y no sólo él podía llevar a cabo. Sin duda que contaba con que bastantes de los testigos corroborarían este funcionamiento descontralado y ello impediría una sentencia condenatoria. Tampoco sé si con los nuevos datos van a cambiar las cosas, sólo que eso no lo tenía previsto el acusado.
Conviene recordar que era el anestesista favorito de todos o casi todos los cirujanos; que él mismo se veía muy por encima del mundo que le rodeaba y que, por tanto, no se podía quejar de como le iban las cosas, al menos profesionalmente. ¿Por qué algunos de éstos que lo tienen todo, quieren más? Esta pregunta que he hecho anteriormente no presupone nada, porque no es el único al que se le puede hacer. Hay otros, no sólo en España, sino repartidos por el mundo, que no son candidatos a una sentencia condenatoria, sino que ya están, o han estado, en la cárcel.
En el
caso de Maeso, yo deseo que no sea culpable, porque es terrible la acusación que pesa sobre él.

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