Es posible que en Cataluña estén que trinen al enterarse de que el Teatro Real de Madrid recibirá 18 millones, mientras que al Liceo sólo le corresponderán 12 millones. Menos atención merecerá el hecho de que se pretenda contentar al Palau de les Arts con un millón y medio. Total, ya recibió elogios de todo el mundo y con ya debería darse por satisfecho, siendo valenciano como es. Porque la cuestión es esa, en la Comunidad Valenciana no cuaja el nacionalismo, ni es soportado el terrorismo, ni hay líderes tronantes, ni tortuosos practicantes de la equidistancia, ni mesiánicos hombrecillos superiores y ni siquiera una gotita parecida a las malayas. El himno de Valencia incluso habla de ofrendar nuevas glorias a España, lo que es motivo de mofa y befa por parte de algunos. Y todo eso se podía decir durante el gobierno del PP. Desde que gobierna el PSOE hay que añadir un motivo más. En la Comunidad Valenciana suele ganar últimamente el partido rival y ha de pagar por ello. Poco cuenta que si las cosas son así es por lo poco que cuidan los socialistas las cuestiones valencianas. Ellos no se equivocan nunca, de modo que hay que castigar a los díscolos.
Por no tener, no tenemos ni ministros valencianos. Es decir, sí hay ministros que se proclaman valencianos, pero también podrían ser de las nubes. No se les ha notado su valencianía en este asunto. Tampoco se les nota cuando Cristina Narbona discrimina a los valencianos, o cuando Zapatero se jacta de ello. Aunque tampoco se puede decir de ellos que son valencianos de Valencia por el mismo motivo que Otto, el de los chistes, decía que era alemán de Alemania. Clos ha dicho que va a trabajar por Cataluña. Y los ministros valencianos también.
Por no tener, no tenemos ni ministros valencianos. Es decir, sí hay ministros que se proclaman valencianos, pero también podrían ser de las nubes. No se les ha notado su valencianía en este asunto. Tampoco se les nota cuando Cristina Narbona discrimina a los valencianos, o cuando Zapatero se jacta de ello. Aunque tampoco se puede decir de ellos que son valencianos de Valencia por el mismo motivo que Otto, el de los chistes, decía que era alemán de Alemania. Clos ha dicho que va a trabajar por Cataluña. Y los ministros valencianos también.
Fotografía de Consuelo Chambó
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