Rita Barberá no sólo va al Mercado Central a fotografiarse en tiempos electorales. Lo siente como propio y lo que para otros es una fuente de problemas, para ella es sencillo. Vuelve de sus vacaciones y aquello que parecía imposible tiene una solución fácil y lógica. Desde hace algún tiempo había polémica con la instalación de aire acondicionado en el Mercado Central. Incluso se había dicho que el Mercado nació en su día sin refrigeración y sin ella había estado hasta hoy y que por tanto no era necesaria. Los vendedores, por su parte, la reclaman como imprescindible. Ahora, el emblemático mercado valenciano, dicen que el mejor de Europa, seguirá luciendo sus encantos, sin que los añadidos estropeen la vista. Y con la comodidad del aire acondicionado. No cuesta mucho decir: la felicito, Doña Rita, a mí no se me había ocurrido.
Muchas veces me pregunto cómo sería la política si los responsables pudieran elegir sus equipos sin tener que pagar favores ni tener en cuenta las cuotas de poder, sino atendiendo única exclusivamente la idoneidad de los candidatos. Quizá en estas circunstancias algún concejal le hubiera dicho ya que el Puente de las Flores es muy hermoso, pero que Valencia no lo puede pagar. El puente está ahí y quizá en un futuro cambien las circunstancias, hay que desatender muchas cosas para poder cambiar las flores cuando procede. Todos cometemos errores y ni los aciertos de Rita ni su contrastado amor a nuestra ciudad evitan que ella también los cometa. Y otro error gordo, y multiplicado por dos, es el que va a hacer en beneficio de un club de fútbol.
Sorozábal con Gas
Muchas veces me pregunto cómo sería la política si los responsables pudieran elegir sus equipos sin tener que pagar favores ni tener en cuenta las cuotas de poder, sino atendiendo única exclusivamente la idoneidad de los candidatos. Quizá en estas circunstancias algún concejal le hubiera dicho ya que el Puente de las Flores es muy hermoso, pero que Valencia no lo puede pagar. El puente está ahí y quizá en un futuro cambien las circunstancias, hay que desatender muchas cosas para poder cambiar las flores cuando procede. Todos cometemos errores y ni los aciertos de Rita ni su contrastado amor a nuestra ciudad evitan que ella también los cometa. Y otro error gordo, y multiplicado por dos, es el que va a hacer en beneficio de un club de fútbol.
Sorozábal con Gas
Sandrine Erdely-Sayo
Libros - 'La aventura de ser una single'
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