Los equivalentes (a Otegi)

Zapatero debe de tener el estómago forrado de vaqueta, o similar. Lo pienso porque a mí se me revolvería si me viera obligado a tratar con Otegi o con alguno de sus equivalentes. Uno de ellos ha defendido la actitud de Txapote ante los tribunales de justicia que lo vienen juzgando. O sea, que de arrepentimiento, nada. Ni por asomo. Y no sólo va a tratar con los etarras o sus amigos, sino que pretende recibirlos en la Moncloa. ¡Cómo va a apestar luego La Moncloa! Y los equivalentes salen a la calle con las fotografías de los valientes patriotas que tanto han matado por la patria. Quieren que los trasladen cerca de donde viven sus madres. Menuda patria la que quieren formar ésos. Txapote no reconoce a los tribunales que le juzgan. ¿Cree que otros tribunales juzgarían de otro modo sus asesinatos? Pero Txapote no se chupa el dedo: no sólo ha preferido matar, en lugar de morir, por la patria. Ahora pide cumplir en una cárcel española la pena que le impuso la justicia francesa.
Pero no sólo Zapatero tiene el estómago duro. Uriarte, Blázquez, que tanto encono ponen contra el gobierno por haber autorizado el matrimonio entre homosexuales, se alían con él en la cuestión del diálogo con los etarras. Saben hacer bellos discursos para describir el nauseabundo trato con los infames asesinos. Dijo el obispo: «ninguno es dueño de la verdad completa», y sería bueno que recordara esas palabras cuando se refiera al matrimonio entre homosexuales.

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