lunes, octubre 09, 2006

Rafa Marí y Santiago Grisolía

Leo una interesante entrevista que le hace Rafa Marí a Santiago Grisolía, que dada la importancia del personaje conviene leer. No obstante, el lector también tiene derecho a intentar responder a las mismas cuestiones y comparar sus propias respuestas con las del entrevistado. Creo que es el mejor modo de leer una entrevista. En este caso concreto, llama la atención que tanto el periódico Las Provincias como el presidente del Consejo de Cultura se muestren conformes con el que quizá sea el peor invento de Zaplana, la AVL, cuya finalidad no es otra que traicionar al pueblo valenciano, haciéndoselo pagar además con sus impuestos, para mayor escarnio. Otra cuestión que parece digna de destacar es cuando al hablar de su esposa dice que es muy inteligente, cuando podía haber respondido a esa pregunta alabando su bondad. Y hago constar esto porque así como la inteligencia puede usarse para el bien o para el mal, la bondad es claramente una decisión voluntaria. Para ser bueno hay que empeñarse en serlo. Y el entrevistado se refiere también a la inteligencia que cree tener todo el mundo; y esto es así pues la fuerza física o la altura o el color de los cabellos, son evidentes, mientras que para percibir la inteligencia de los demás y reconocerla es necesario ser inteligente y noble. Y creo que ha faltado una última pregunta y es la relación entre el C.I. y la solidaridad. Mucha gente cree que van unidas y esto se observa en un grupo en el que los aspirantes a entrar en Mensa preguntan sobre esa asociación. La realidad es que probablemente el espíritu solidario no tiene nada que ver con el C.I. Quien decide ser solidario, lo es independientemente de este otro factor suyo. Ya conté, en este mismo sitio, el caso de aquellas dos personas que arriesgaron sus vidas para defender a otros que estaban siendo amenazados por un navajero. Y lo hicieron sin esperar ninguna recompensa, que finalmente tampoco llegó. Quizá el presidente del Consejo de Cultura debiera apremiar a los políticos para que este tipo de personas recibiera el reconocimiento que merece y que con ello sirviera de estímulo a otras.


Marta Pérez Moya

La lección de Ana Sullivan

'En compañía del sol'

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