Hoy, 12 de octubre, es un buen día para que alguien diga que los españoles debemos pedir perdón por el descubrimiento de América. Estas cosas ocurren. Y otras similares, en cuanto a estupidez se refiere, también. Aquello sucedió hace unos cuantos siglos. No es lógico exigir que unas personas se tengan que responsabilizar de lo que hicieron otras tiempo atrás.
Ahora bien, quienes afrontaron esa aventura tan azarosa forman parte de la humanidad y en ese sentido el hecho reclama mi atención y mi interés. También forman parte de la humanidad los pobladores del continente americano que se encontraron de pronto cara a cara con Cristóbal Colón y sus acompañantes. Es decir, todo lo que atañe al género humano tiene que ver conmigo. No se puede ocultar que los españoles somos herederos directos de la cultura que permitió que aquel grupo de personas llegara al Nuevo Mundo. Y también somos herederos de la Revolución Francesa, puesto que nos ha llegado su influjo; y de los indios americanos, ya que el trato con ellos ha modificado nuestro comportamiento. Todo lo que ha ocurrido en el mundo, en mayor o menor medida, ha influido en todos. El hecho de que quienes zarparon en las tres carabelas fueran españoles no nos hace culpables de los excesos que pudieron cometer. Somos culpables de los errores que cometemos ahora y lo somos en la medida en que contribuimos a que ocurran. Enorgullecerse del pasado es un error, puesto que todos, personas y naciones, tenemos más cosas de las que avergonzarnos que de sentirnos satisfechos. El pasado sirve para indagar en el comportamiento humano, con el fin de corregir los errores. De modo que exigir estupideces sí que es algo por lo que se debería pedir perdón.
Mari Cruz Beltrán Herrero
Parcent y la familia Guardiola
La aventura de ser una single
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