sábado, octubre 28, 2006

Los parias, los miserables, los ofendidos

Un artículo de Raúl del Pozo contiene una cita a los los parias, los miserables y los ofendidos. Un dicho del País Vasco afirma que allí ya se sabe por dónde hay que ir, dando a entender que quien no vaya por donde toca debe atenerse a las consecuencias. Y existe el convencimiento de que la separación entre nosotros y ellos, aunque sea por otros motivos, no sólo existe en Euskadi. En otros lugares también hay una invisible, pero impenetrable, línea que separa a los de dentro de los de fuera. A quienes están dentro, porque han hecho "méritos" para ello, se les consiente que se comporten de modo antidemocrático, chulesco, retorcido y, en definitiva, malvado. Si esto ocurre, se les apoya, se les aplaude y se les brindan tribunas. Para quienes están fuera, porque no "caben" dentro, y hay vigilantes celosos que se preocupan por examinar estas cosas, se les cierran las puertas, se les obsequia con negativas sin explicación, se les aplica la ley del silencio.
Hay algo, no obstante, que estos celadores quieren regalar a todos sin excepción, a los de dentro y a los de fuera. Faltos de valor para crearse una ideal, desean contagiar su desesperanza a todos. Fracasan en este empeño, puesto que mientras existan parias, miserables, ofendidos, habrá deseo de justicia, sed de amor. Habrá gente capaz de arriesgar lo que haga falta, si es necesario la vida, por aquello en lo que cree.



Angell de la Sierra

Sandrine Erdely-Sayo

Bésame mucho

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