viernes, julio 14, 2006

Tras la visita del Papa


Tras la visita del Papa vuelve la realidad cotidiana, que hoy, en Valencia, lo hace de la mano de la Asociación Valenciana de Caridad, que según información que facilita el diario Las Provincias, sólo ha conseguido la colaboración de 160 empresas para sufragar los 1500 euros diarios que cuesta el comedor social. La campaña, iniciada a primeros de año, pretendía que fueran 365 empresas, una por día, las que se hicieran cargo de dichos gastos, que tampoco son muy elevados, habida cuenta de se pueden desgravar 600 euros. La vida de los pobres es dura y casi se podría decir que su visión resulta molesta, pero ellos están ahí, sus cuerpos no son translúcidos. Al hablar de los pobres recuerdo la novela El primer hombre, de Albert Camus. La madre del protagonista, muda, analfabeta y viuda, al regresar de su larga, agotadora y escasamente retribuida jornada laboral en casas de otros, se sentaba junto a la ventana, a ver pasar la vida, sin comprender los motivos por los que se le cerraban todas las puertas. Esta imagen acompañaría luego a su hijo durante toda su vida, sin que los grandes éxitos que logró consiguieran hacérsela olvidar. Hubiera pagado cualquier cosa con tal de lograr un mundo en el que gente como su madre pudiera vivir. El mundo, durante estos días, contempla impávido como
el Estado de Israel despliega su poderío militar, contraviniendo toda normativa internacional. A Bush le parece bien. El mundo ha contemplado impávido muchos horrores.









Para los pobres, el horror es la vida diaria. Muchas de las personas que comen en la Casa de la Caridad son mujeres, divorciadas, en paro y con hijos. También acuden a ese comedor enfermos mentales sin derecho a subsidio y sin posibilidad de encontrar trabajo. La Asociación tiene en marcha programas de reinserción social, de búsqueda de vivienda y de empleo.

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1 comentario:

S.B.S. dijo...

Las contradicciones de nuestra vidad diaria, de nuestro mundo a la deriva! Una pena.