Publica un artículo El País en el que se da cuenta de los comentarios del académico de la Lengua José Antonio Pascual con respecto al lenguaje utilizado en algunos de los nuevos estatutos de las Comunidades Autónomas españolas.
Comienza hablando del nuevo Estatuto valenciano y cita algunas de las expresiones que contiene, que pueden servir como ejemplo del mal uso del lenguaje. Ocurre que este Estatuto consagra a la AVL como entidad de referencia en lo que al idioma valenciano se refiere. Y la cuestión es que si, como convenimos todos, respetar el lenguaje es respetar a los demás, los políticos valencianos no respetan a nadie.
La falta de respeto a los ciudadanos, por parte de la clase política valenciana, se manifiesta de muchas formas y no sólo en el descuidado uso de su principal herramienta, que es el lenguaje. Si respetaran a los votantes no se hubieran empeñado en crear esa a todas luces innecesaria AVL y dotar a sus académicos con magníficos sueldos. Y si no es necesaria la AVL, menos todavía lo es que la incluyan en el Estatuto. Y otra burla a los ciudadanos fue la de aumentar el número de diputados. Más gente que habla mal y cobra un dineral por ello; más diputados dispuestos a hacer lo contrario de lo que quieren los ciudadanos, que son quienes pagan. O pagamos.
Libros: La aventura de ser una single
Por la independencia del Fiscal General
Sandra
También en Periodista Digital
Comienza hablando del nuevo Estatuto valenciano y cita algunas de las expresiones que contiene, que pueden servir como ejemplo del mal uso del lenguaje. Ocurre que este Estatuto consagra a la AVL como entidad de referencia en lo que al idioma valenciano se refiere. Y la cuestión es que si, como convenimos todos, respetar el lenguaje es respetar a los demás, los políticos valencianos no respetan a nadie.
La falta de respeto a los ciudadanos, por parte de la clase política valenciana, se manifiesta de muchas formas y no sólo en el descuidado uso de su principal herramienta, que es el lenguaje. Si respetaran a los votantes no se hubieran empeñado en crear esa a todas luces innecesaria AVL y dotar a sus académicos con magníficos sueldos. Y si no es necesaria la AVL, menos todavía lo es que la incluyan en el Estatuto. Y otra burla a los ciudadanos fue la de aumentar el número de diputados. Más gente que habla mal y cobra un dineral por ello; más diputados dispuestos a hacer lo contrario de lo que quieren los ciudadanos, que son quienes pagan. O pagamos.
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