viernes, julio 21, 2006

El cabezazo de Zidane

Aunque no vi el partido, se han dicho tantas cosas sobre el cabezazo que alguna opinión me he podido hacer. Milena J. Casanova, en el Ideal Digital de Granada, se muestra dura con Zidane, aunque para apoyar sus tesis sorprendentemente parece consagrar a los trepas, al aludir a las cualidades que hacen falta para llegar a los escalones de arriba. Más de acuerdo estoy con Javier Guardiola, quien hace una deliciosa comparación entre Albert Camus y Zinedine Zidane en el periódico Los Andes.
En nuestros tiempos se suele confundir lo legal con lo legítimo. Cada vez hay más gente que actúa como si todo lo que no es delito fuera correcto. La realidad es que las leyes no pueden abarcar todas las posibles conductas humanas y no hay más remedio que confiar en el buen sentido de las gentes.
Zidane, con su cabezazo cuando el partido estaba acabado, dio a entender que antes que futbolista es persona, y siente. Hoy en día, los espectadores consienten todo a los jugadores de su equipo, si sus tretas sirven para ganar el partido. Y no es eso, no es eso. El cabezazo de última hora es un toque de atención a los públicos de todo el mundo. No se deben aplaudir ni consentir las bellaquerías.
La FIFA le ha sancionado, con lo que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. La Federación tampoco ha sabido imponer el juego limpio y lo correcto es que dadas las circunstacias y la trayectora de Zidane, le hubiera dejado sin castigo.



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