Alrededor de 15 000 mil misiles pueden estar almacenados en Líbano, escondidos en lugares comunes, como cuevas, garajes o casas particulares. Están diseminados y es inútil buscarlos, puesto que por cada uno que se encuentre, los terroristas pueden conseguir tres.
Hace tiempo que terminó la hora de la fuerza y conviene pensar en utilizar la justicia; para ello se creó la ONU. Lo que ocurre es que a quienes se saben más fuertes que los demás les resulta muy difícil renunciar a su ventaja, pues como ellos bien saben, además de las causas justas que puedan defender existen otras en las que no tienen ningún interés en actuar según los tratados internacionales.
Si ahora mismo la ONU pretendiera hacer justicia tendría sobre el tapete cuestiones sumamente peliagudas como las Malvinas, Gibraltar, el Sahara, muchas dictaduras que se mantienen porque conviene a los grandes, etc. Pero por mucho que se trate de evitar un problema, éste siempre acaba por presentarse y reclamar la atención.
Hablar de justicia puede parecer ingenuo, pero si vemos que la fuerza ya no sirve, ya no queda otro camino. Tratar de actuar con justicia puede llevar a que poco a poco vaya desapareciendo el odio hacia Occidente. Y cuanto más se tarde en actuar así, más odio habrá que erradicar.
Hace tiempo que terminó la hora de la fuerza y conviene pensar en utilizar la justicia; para ello se creó la ONU. Lo que ocurre es que a quienes se saben más fuertes que los demás les resulta muy difícil renunciar a su ventaja, pues como ellos bien saben, además de las causas justas que puedan defender existen otras en las que no tienen ningún interés en actuar según los tratados internacionales.
Si ahora mismo la ONU pretendiera hacer justicia tendría sobre el tapete cuestiones sumamente peliagudas como las Malvinas, Gibraltar, el Sahara, muchas dictaduras que se mantienen porque conviene a los grandes, etc. Pero por mucho que se trate de evitar un problema, éste siempre acaba por presentarse y reclamar la atención.
Hablar de justicia puede parecer ingenuo, pero si vemos que la fuerza ya no sirve, ya no queda otro camino. Tratar de actuar con justicia puede llevar a que poco a poco vaya desapareciendo el odio hacia Occidente. Y cuanto más se tarde en actuar así, más odio habrá que erradicar.
También en Periodista Digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario