martes, julio 04, 2006

Tragedia en Valencia

Ante una tragedia de la magnitud de la del metro de Valencia lo que procede es estar a la altura de las circunstancias. No vale tratar de ser más inteligente que los demás o presumir de tener mayor información. En este sentido, el Delegado del gobierno en la Comunidad Valenciana ha conseguido irritar a los sindicatos. Luego ha resultado que, como él apuntó, el accidente se debió al exceso de velocidad. Y aparte de su opinión, estaba la de muchos de viajeros del convoy que dijeron eso mismo y en cuyos testimonios quizá se basó. Pero hubiera sido más prudente que esperara a que ese dato se hiciera oficial. Son muchos los que sí han estado a la altura de las circunstancias y como ejemplo citaré al compañero de partido del Sr. Bernabé, J.I. Pla, que ofreció enseguida su colaboración al gobierno valenciano.
Estar a la altura de las circunstancias significa también que quien deba hacerlo presente la dimisión. Dimitir no significa asumir la culpa, sino demostrar sensibilidad hacia los ciudadanos. Demostrarles que se tiene interés en hacer las cosas del mejor modo posible. Mucha gente ha decidido no volver a tomar el metro en su vida y demostrar preocupación e interés por ellos es el mejor modo de lograr que vuelvan a confiar en el metro.
Los ciudadanos no somos peanas que sirven a los políticos para encaramarse a los puestos que ocupan, ni esos cargos son premios por algo que han hecho sus ocupantes. Los políticos desarrollan la labor que los ciudadanos les encomendamos y si algo sale mal deben obrar en consecuencia, aunque no sean los responsables directos de lo que ha fallado.
Por otro lado, se ha sabido que un tramo de esa vía era defectuoso y no se reparaba por no dejar sin servicio esa línea durante algún tiempo. También que el tren iba a ser cambiado por otro dentro de un año y medio.

Parcent y la familia Guardiola

A por, secuencia innecesaria

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1 comentario:

Villaykorte dijo...

...y nos tendremos que seguir creyendo que la velocidad máxima está controlada por tramos, que los trenes tienen instalados dispositivos de "hombre muerto" etc.
Y sí, dimitir es , en parte, asumir la culpa. Por eso en este país es un deporte poco practicado.