Terra Mítica se hizo de modo precipitado y da la impresión de que su creación fue una apuesta personal de Zaplana. Me parece muy bien que, puesto que entonces era el presidente de la Generalidad, tratase de beneficiar a Benidorm o a cualquier otra población de la Comunidad Valenciana. Pero debió de hacerlo marcando los tiempos y evaluando los pros y las contras. Tampoco debió involucrar a las Cajas valencianas, que en caso de no estar tan politizadas como todas las demás Cajas, probablemente hubieran optado por invertir ese dinero de otro modo menos azaroso. Aun en el caso de que no hubiera la más mínima sospecha de corrupción en este asunto, Terra Mítica debería haber sido suficiente para enterrar políticamente a Zaplana.
El hecho de que lograra un préstamo hipotecario en una de esas Cajas, en unas condiciones que claramente constituyen un trato de favor también debería haber sido suficiente para que lo destituyeran. Ningún político debería obtener de las Cajas mejor trato que los pensionistas.
Dicho esto, conviene añadir que el hecho de que dos diputados graben en los propios despachos de las Cortes valencianas algunas conversaciones con empresarios, para después presentar una denuncia utilizando esas cintas me parece un hecho gravísimo. Eso es poner el mundo de la política a la misma altura que el mundo de los trileros. Luego resulta que no son sólo dos, sino que todo el partido socialista valenciano respalda la acción.
Y aun hemos de gastarnos un millón seiscientos mil euros para ponerles una cafetería a estos personajes.
El hecho de que lograra un préstamo hipotecario en una de esas Cajas, en unas condiciones que claramente constituyen un trato de favor también debería haber sido suficiente para que lo destituyeran. Ningún político debería obtener de las Cajas mejor trato que los pensionistas.
Dicho esto, conviene añadir que el hecho de que dos diputados graben en los propios despachos de las Cortes valencianas algunas conversaciones con empresarios, para después presentar una denuncia utilizando esas cintas me parece un hecho gravísimo. Eso es poner el mundo de la política a la misma altura que el mundo de los trileros. Luego resulta que no son sólo dos, sino que todo el partido socialista valenciano respalda la acción.
Y aun hemos de gastarnos un millón seiscientos mil euros para ponerles una cafetería a estos personajes.
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