Ibarretxe, en su discurso de fin de año, insiste de nuevo en culpar a quienes necesitan escolta de los males que padece el País Vasco y de paso el resto de España. El lehendakari piensa que todos los que opinan de modo diferente al suyo lo que hacen es bloquear el camino. El lehendakari quiere que ETA entregue las armas. Ignora el lehendakari, y ya lleva tiempo en la política, que las cosas que te dan nunca son enteramente tuyas. ETA no puede concedernos la paz graciosamente, porque entonces siempre estaría en disposición de volver. ETA desafió al Estado de Derecho y por tanto debe ser vencida y encarcelada. La paz es patrimonio del pueblo soberano. Negociar con ETA es un error, ya sea quien lo haga González, Aznar o Zapatero. El PNV lleva muchos años gobernando en el País Vasco y suya es, por tanto, la mayor responsabilidad a la hora de aislar a ETA de la sociedad vasca. Cuando el etarra que ha comprado la cristalería en el mismo edificio en el que vive su víctima dijo que el pueblo lo quiere a él más que a ella, Ibarretxe debió de enrojecer, si conservara esa capacidad. Es decir, Ibarretxe y el PNV son dos grandes problemas de Euskadi.
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