Leo un artículo de María Antonia Iglesias titulado Víctimas y patriotismo, que se refiere a la política antiterrorista del gobierno, que tanta polémica ha despertado y en la que yo, desde mi humildad, también he terciado en este mismo blog. No encuentro en el citado artículo ningún argumento y sí mucha retórica grandilocuente y, en mi opinión, sectaria, mediante la que pretende descalificar a los discordantes. Pero se trata de un asunto tan grave e importante que merecería que los partidos hubieran otorgado libertad de voto a sus diputados. El artículo de esta buena señora me ha llevado a compadecer a los subordinados que tenga o haya podido tener.
Diferente es el artículo de Lluis Foix, titulado Zapatero lo intenta de nuevo, en el que explica los criterios en los basa su opinión y lo hace de un modo mesurado y no dogmático. Mi opinión en este caso no es exactamente como la suya, pero en ningún sitio he dicho que me considere en posesión de la verdad, sino que lo que hago es exponer lo que pienso.
Diferente es el artículo de Lluis Foix, titulado Zapatero lo intenta de nuevo, en el que explica los criterios en los basa su opinión y lo hace de un modo mesurado y no dogmático. Mi opinión en este caso no es exactamente como la suya, pero en ningún sitio he dicho que me considere en posesión de la verdad, sino que lo que hago es exponer lo que pienso.
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