Consumado el no francés a la Constitución Europea, toda la prensa continental dedica sus primeras páginas a comentar el asunto. De modo que ya tenemos a Francia y a los franceses como gusta estar: siendo el centro de atención. Chirac no ha dimitido y eso es lo primero que debía de haber hecho. Le ha cargado el muerto al otro. Quien aceptó el tratado, en nombre de los franceses, que ha sometido a debate es él. Si les ha preguntado, traspasándoles la responsabilidad y éstos dicen que no le gusta, debe dimitir. En Francia hay tanto gusto por la poltrona como en España.
Ahora nos queda plantearnos de nuevo para qué queremos Europa, cómo queremos que sea y adónde queremos que vaya. El no de nuestros vecinos no va a dejar de tener efectos positivos, al obligarnos a replantearnos las cosas.
Europa es una necesidad. No tenemos más remedio que ponernos de acuerdo y lo hemos de hacer sabiendo que para ello todos hemos de ceder en bastantes cosas. Pero es que si no renunciamos a perder parte de nuestra identidad colectiva, por ejemplo, el tiempo se encargará de arrebatárnosla sin remedio. La identidad que hemos de procurar preservar es la individual, ésa es la que hemos forjado con nuestra voluntad. La identidad colectiva no puede nunca paliar la falta de ésta. Y cuando uno tiene una personalidad propia, que se ha forjado con su esfuerzo, no teme los cambios y se apresta a colaborar con los demás en lo que sea posible.
Ahora nos queda plantearnos de nuevo para qué queremos Europa, cómo queremos que sea y adónde queremos que vaya. El no de nuestros vecinos no va a dejar de tener efectos positivos, al obligarnos a replantearnos las cosas.
Europa es una necesidad. No tenemos más remedio que ponernos de acuerdo y lo hemos de hacer sabiendo que para ello todos hemos de ceder en bastantes cosas. Pero es que si no renunciamos a perder parte de nuestra identidad colectiva, por ejemplo, el tiempo se encargará de arrebatárnosla sin remedio. La identidad que hemos de procurar preservar es la individual, ésa es la que hemos forjado con nuestra voluntad. La identidad colectiva no puede nunca paliar la falta de ésta. Y cuando uno tiene una personalidad propia, que se ha forjado con su esfuerzo, no teme los cambios y se apresta a colaborar con los demás en lo que sea posible.
4 comentarios:
Si. Chirac debío renunciar. Y estoy de acuerdo contigo en que cada día que pasa
Europa se vuelve más urgente e importante como una entidad única y diversa a la vez. Por muchas razones, pero especialmente por las cosas que están pasando en USA.
Gracias por visitar mi blog. Voy a enlazar el tuyo, por cuestión de afinidades, de intereses y para tenerlo más proximo y visitarte con frecuencia.
Lo que yo no entiendo es por qué primero firman el tratado y después nos preguntan qué nos parece. No sé, quizá me he perdido algo, pero creo que haciendo así las cosas no debe de extrañarnos que luego nos llevemos sorpresas como esta.
Personalmente, creo que buena parte de nuestra identidad individual está marcada por nuestra identidad nacional. Incluso me aventuraría a decir que ambas están inevitablemente relacionadas.
Estamos de acuerdo en que Europa es una necesidad, y que es una realidad que tiene que materializarse cuando antes mejor, pero no esoy de acuerdo contigo en el hecho de que tengamos que renunciar a nuestra identidad colectiva, ya que ella en gran parte es quien marca nuesta identidad individual.
Estaremos de acuerdo enque no es lo mismo un Alemám que un Italiano, ¿verdad? que entre ambos y características diferenciadas como individuo y que esas características como individuo hacen clara referencia a la identidad de la nación a la que pertenecen... con lo cual, creo, que lo que se debería hacer es respetar tanto las identidades individuales, como las nacionales y conseguir un concenso entre todas las naciones que forman Europa
Besos
Creo que ese ha sido el problema en toda esta historia: que a Francia le gusta ser el centro y no está dispuesta a perderlo.
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