lunes, mayo 23, 2005

Dedicado a Martín

A primera vista, da la impresión de que los componentes del Grupo Parlamentario Socialista de Madrid son más accesibles al ciudadano que los del Partido Popular. Para empezar, los de este último partido anteponen el Ilmo. o Ilma. que ya impone distancias, mientras que los socialistas están con el nombre y los apellidos sin más. Luego, los socialistas dan opción a que se les escriba directamente.
Sin embargo, yo creo que esta pretendida accesibilidad bien podría ser un espejismo. Aprovechando la facilidad, hace unas cuantas semanas, escribí a varios de los socialistas. No a uno sino a varios. Les expuse el caso de una persona muy valiosa que por circunstancias adversas atraviesa una situación injustamente precaria. Pues no he recibido ninguna respuesta. Ni siquiera han acusado recibo. Yo no vivo en Madrid, pero la persona de las que les hablé sí. No guardo copia de los escritos, pues el sistema no da esa opción, o por lo menos, yo no la vi. Pero ellos, si leen esto, me pueden escribir y les volveré a mandar mi petición. Esto también vale para los Ilmos. e Ilmas. del PP.
Quizá piensen que para los casos de necesidad ya están establecidos los cauces adecuados.
Hablemos de los cauces. Yo no creo que ni Aznar ni Zapatero sean los más capaces de sus partidos, ni los más preparados, ni tampoco los más bondadosos. Entonces, ¿cómo han llegado a la cúpula? Por una serie de causas y factores, entre los que no son determinantes ni la capacidad, ni la preparación ni la bondad. Algo influye el azar también. Durante el mandado de Felipe González ocurrieron muchas cosas, capaces cualquiera de ellas por sí sola, de ensombrecer cualquier brillantez que se le quiera reconocer. En el caso de las empresas ocurre igual sino peor. No llegan los mejores ni los más idóneos para el cargo, sino que para llegar a ellos (a los cargos) se establecen verdaderas batallas, en las que el triunfo no depende de la valía ni de la preparación, sino de otras cuestiones que no merece la pena enumerar.
Si en el caso de los mejores puestos sociales los cauces no sirven, cuando una persona muy valiosa y preparada es atrapada por el infortunio lo que ocurre es que no hay cauces. Es prácticamente imposible que, si ayuda, pueda ocupar en la sociedad el puesto que le corresponde.
Eso sí, continuamente estamos leyendo artículos y discursos grandilocuentes en los que se habla del bien y del mal. Y si quien sigue los discursos se dirige a alguno de esos autores (que por lo general hablan de sí mismos como si fueran paradigmas del bien, auto catalogándose casi como santos) en demanda de ayuda para sí , porque le resulta imposible escapar de las garras del infortunio, o para otro que está en el mismo caso, la traducción al román paladino del previsible diálogo sería más o menos como sigue:
- Vamos a ver que milagros haces tú.
- Ah, no. No puedo. Tengo un plato de potaje esperándome.
Y en lugar de potaje podría haber puesto una langosta de kilo y medio.

3 comentarios:

Brianda dijo...

Bueno, tal vez sea ya demasiado escéptica para mi edad, pero hace tiempo que comencé a pensar que nunca estarán los más válidos al frente de un partido; realmente, al frente de nada. Los válidos son los que tienen que currar para que la cosa funcione. Aunque, por una vez, no estaría mal que eso sucediese. Supongo que es una utopía...
Un saludo, y gracias por haberme descubierto esta página :)

Anónimo dijo...

"Pero gente que de verdad sea alguien hay realmente poca y no ha llegado a eso por ahorrar precisamente."

Y como cree usd. que se llega a ser alguien entonces? El ahorro por si solo no, pero como consequéncia de un modus vivendi enfocado de una manera inteligente quizás si, no se que opina usd.

Saludos!!

ErikCG

OjO al Texto dijo...

Me parece una excelente descripción de la inoperancia y mediocridad de los funcionarios de partidos que debieran estar al servicio de los ciudadanos y no al revés.