Han transcurrido algunos días desde que algunos miembros del partido Ciudadanos de Cataluña fueron agredidos cuando se disponían a celebrar un acto político en Gerona. Salvo error, no he visto que ninguno de serios, formales y sesudos columnistas catalanes se haya referido a la cuestión. Sí se refirió a este partido, a su nacimiento, el ínclito Miquel Roca i Junyent, con su artículo ¡A ver qué pasa!, del que rescato los siguientes párrafos:
(...)La democracia se consolida en la medida en que las ideas más contradictorias y distantes pueden convivir. Cada uno en su línea, pero el respeto en la de todos. Por otra parte, es bueno saber lo que cada uno representa y cuánto pesa su apoyo social(...)
(...) En Catalunya se puede ser anticatalanista y no pasa nada.(...)
Pues lo que hemos visto hasta el momento es que criticar a Carod podía estar mal visto. Discrepar de Maragall o Pujol es casi pecado. Sin embargo, se puede pegar a Arcadi Espada sin que los Mossos de Esquadra hagan nada por impedirlo. Acaso, hasta nieguen que haya ocurrido la agresión.
Por otra parte, fueron muy pocos los asistentes al acto. ¿Estaba mal visto en Gerona acudir al acto? ¿Los posibles asistentes temían ser agredidos también? ¿No eran interesantes los oradores?
Sería bueno que la visceralidad desapareciera de la política y la sensatez tomara su lugar. Si no se escucha a todos serenamente y sin prejuicios el riesgo de cometer errores es muy grande.
Los pergaminos cátaros
Colón, el impostor
El valor de la palabra dada
También en Periodista Digital
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1 comentario:
Llevamos un camino de total falta de respeto. Como dice Javier Marías la educación parece ser una palabra que ya no existe en el diccionario y nadie usa. Esas radicalizaciones no llevan nada más que a guerras, como ya sabemos de propia mano. Hay que luchar con la política y las leyes no con las manos ni las amenazas. Saludos.
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