Cubre el traidor sus malas intenciones con rostro grave y ademán sincero, y adorna su traición con las razones de que se precia un pecho verdadero. El gallardo español (Cervantes)
Escribe González un artículo en El País y dada su condición de ex-presidente del gobierno español, era de esperar que contuviese palabras serenas y estuviese escrito con ánimo conciliador, dado el momento difícil que vivimos. Al final del artículo, sin embargo, lo que queda patente de nuevo es el sectarismo del personaje y, ¡cómo no!, el intento de desacreditar al principal partido de la oposición. Su alusión al juego de la ruleta es francamente desafortunado.
El modo de hacer oposición del PP será discutible, mejorable o francamente equivocado. El griterío que le acompaña a veces, imperdonable, como todos los griteríos. Pero hemos de convenir en que el Estatuto catalán ha generado ríos de tinta, la ruptura del tripartito, la probable defenestración de Maragall, el nacimiento del partido político Ciudadanos de Cataluña, etc. En Cataluña impera ahora mismo la intolerancia, como demuestran las agresiones que sufren los políticos no nacionalistas que celebran allí actos políticos. O sea, no es un asunto que pueda ser tomado a la ligera. El mismo Guerra se jacta de haber hecho un trabajo de ebanista con el Estatuto.
En cuanto a la negociación con ETA, hay que taparse la nariz. ETA da plazos, exige y bravuconea. ¿También juegan a la ruleta Gotzone Mora o Rosa Díez? ¿Y qué hacemos con el cristalero? Puesto que es un asunto tan espinoso, el gobierno y el partido socialista deberían aceptar que no todos los socialistas estén de acuerdo con su política actual. Pero vemos que no aceptan la discrepancia. Quienes son capaces de alabar a Otegi, no tienen reparos para criticar a Rosa, Gotzone y quienes piensan como ellas.
Sandra Correa
La lección imprescindible
A por, secuencia innecesaria
También en Periodista Digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario