viernes, diciembre 09, 2005

La caza del tigre en un coto

Cosas de ricos, decía la gente comentando el reciente episodio de la caza del tigre en un coto extremeño. Pero si esa caza hubiera sido gratis, la cola hubiera llegado hasta Moscú.
El gusto por hacer daño sin riesgo y con impunidad está bastante extendido en la especie humana. Creo que no sería ocioso hacer notar que ese deseo de hacer mal también se manifiesta a la hora de votar, por lo que los políticos no deberían tratar de acaparar ese tipo de voto con el fin de acrecentar su influencia.
De modo que tenemos dos cosas. El gusto por hacer mal sin riesgo y el derroche de dinero. En lo que respecta a la segunda de las cuestiones, en el mundo actual se tiene fuera de discusión que cada uno hace lo que quiere con su dinero. Pero somos muchos los que pensamos que habiendo tanta hambre como hay en el mundo, derrocharlo de este modo es un acto obsceno.
Por otro lado, y esto es un ejemplo entre muchos, yo tengo conocimiento de alguien que poseyendo una gran fortuna y teniendo a Dios siempre en la boca, gastaba su dinero como le complacía y, además, fue capaz de traicionar a quien, por necesitarlo imperiosamente, le pidió ayuda y obtuvo la promesa de que se le daría. Ignoro si al pasar a otra vida habrá sufrido alguna decepción.
Es decir, ni el gusto por el mal ni el derroche de dinero en cosas superfluas son cosa de pocos.

Las condiciones del Gobierno para suprimir los peajes excluyen a Valencia y benefician a Cataluña

Una prestigiosa revista científica denuncia la censura del Gobierno a las líneas celulares valencianas

La prestigiosa revista científica internacional ‘Nature Medicine’ publica en su último número un artículo que denuncia la censura del Gobierno a las dos líneas celulares valencianas, creadas por el equipo del científico Carlos Simón, y resalta el agravio comparativo al haberse aprobado proyectos similares en Cataluña y Andalucía.

Emilio Attard

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1 comentario:

Portobello dijo...

Si la desigualdad en el derroche del dinero es bien antigua. Los que más tienen lo gastan en nimiedades, y bien poco a ayudar a los que menos tienen. Siento lo de la investigación valenciana. Un abrazo