Escribe Maragall un artículo titulado "Parece mentira" y ello le sirve para ir hilvanando una serie de puntos que comienzan así y no sé si al final se le habrá quedado por decir alguno, que era en el que realmente pensaba.
Pero está claro que este hombre no va a pasar a la historia ni como pensador, ni como historiador, ni como literato y con esto último hubiera emulado a su abuelo. Y también es evidente que busca un motivo para trascender. Le queda ese Estatuto que a él le parece mentira que no se acepte de inmediato.
No sé que pensarían los dioses griegos, si acaso volvieran, al ver en qué está quedando el mundo que con tanto afán tramaron. Ni qué dirían los siete sabios de Grecia acerca del curso que han tomado sus enseñanzas en algunos casos.
Recuerda Maragall que el 89% del Parlamento catalán ha votado a favor del Estatuto, lo cual es cierto que significa que esa cuestión debe ser resuelta, pero omite decir que el hecho de que exista una demanda u opinión generalizada no significa que ésta sea justa. Hay otra cuestión y es que hay personajes, como Carod, el mismo Maragall y otros, tratando de hacer crecer ese estado de opinión, sin importarles si es justo y conveniente o no. Es obvio que toda España tendrá que resolver ese problema, pero habrá que procurar que sea del modo más justo posible y sin que nadie salga perjudicado. Tendrá que reconocer el presidente catalán que es lógico que el resto de españoles no nos fiemos ni de él ni de Carod.
Recuerda el Sr. Maragall que el Estatuto gallego de 1936 lo redactó el abuelo de Rajoy y ese detalle lo señala como un hecho positivo y pide al nieto que siga el mismo camino. No sé si el propio Maragall habrá intentado hacer poesía alguna vez. Y dice que el centralismo es cerril. Pero no explica por qué los estatutos de autonomía son buenos ni por qué el centralismo es cerril.
A estas alturas de la historia somos muchos los que tenemos como patria a la Justicia y no me ha parecido ver ninguna referencia a ella en el citado artículo.
A mí también me parece mentira que un personaje como éste haya alcanzado tanta preponderancia. Ello debería hacer meditar a los catalanes.
Pero está claro que este hombre no va a pasar a la historia ni como pensador, ni como historiador, ni como literato y con esto último hubiera emulado a su abuelo. Y también es evidente que busca un motivo para trascender. Le queda ese Estatuto que a él le parece mentira que no se acepte de inmediato.
No sé que pensarían los dioses griegos, si acaso volvieran, al ver en qué está quedando el mundo que con tanto afán tramaron. Ni qué dirían los siete sabios de Grecia acerca del curso que han tomado sus enseñanzas en algunos casos.
Recuerda Maragall que el 89% del Parlamento catalán ha votado a favor del Estatuto, lo cual es cierto que significa que esa cuestión debe ser resuelta, pero omite decir que el hecho de que exista una demanda u opinión generalizada no significa que ésta sea justa. Hay otra cuestión y es que hay personajes, como Carod, el mismo Maragall y otros, tratando de hacer crecer ese estado de opinión, sin importarles si es justo y conveniente o no. Es obvio que toda España tendrá que resolver ese problema, pero habrá que procurar que sea del modo más justo posible y sin que nadie salga perjudicado. Tendrá que reconocer el presidente catalán que es lógico que el resto de españoles no nos fiemos ni de él ni de Carod.
Recuerda el Sr. Maragall que el Estatuto gallego de 1936 lo redactó el abuelo de Rajoy y ese detalle lo señala como un hecho positivo y pide al nieto que siga el mismo camino. No sé si el propio Maragall habrá intentado hacer poesía alguna vez. Y dice que el centralismo es cerril. Pero no explica por qué los estatutos de autonomía son buenos ni por qué el centralismo es cerril.
A estas alturas de la historia somos muchos los que tenemos como patria a la Justicia y no me ha parecido ver ninguna referencia a ella en el citado artículo.
A mí también me parece mentira que un personaje como éste haya alcanzado tanta preponderancia. Ello debería hacer meditar a los catalanes.
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