Desde el mismo momento de su nacimiento el ser humano es deudor del resto de la humanidad. Para que se haya desarrollado bien en el vientre de su madre y para que su nacimiento se produzca con el mínimo riesgo posible, se han utilizado técnicas que se han venido desarrollando y mejorando durante toda la historia de la humanidad. Luego, hereda inmediatamente la cultura de sus antepasados. El ser humano, pues, no puede vivir solo, necesita de sus semejantes. La vida de un ser humano que naciera en un lugar aislado y al margen de la civilización y viviera en soledad y sin transmitir nada a los demás, sería igual que la de cualquier otro animal, pero en este caso sus posibilidades hubieran sido malgastadas. Para que una vida humana tenga sentido es necesario que aporte algo a la colectividad. Esta aportación se hace generalmente mediante el trabajo remunerado. Hay que aportar algo, porque con ello se logra un salario, que nos permite vivir. Cuando se aporta algo más, gratuitamente, a la colectividad se sube algún escalón en la calidad humana. Ser útil a los demás es la finalidad primordial del género humano. Si a mí, en mi fase embrionaria, me hubieran utilizado para curar a otra persona, yo hubiera estado contento. Yo ya hubiera servido para algo y, por otra parte, tampoco habría hecho ningún daño, puesto que no hubiera podido hacerlo, al acabar mi vida en ese momento. Vivir x años y que al final las obras positivas superen a las negativas no es tarea fácil.
sábado, abril 02, 2005
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