miércoles, abril 20, 2005

Intemperie

Juan Manuel de Prada termina su último artículo en El Semanal con estas palabras, que hago mías: pero la intemperie resulta a la postre más reconfortante que la tibieza del establo donde se congrega la manada. Los humanos somos gregarios por naturaleza, pero eso no significa que tengamos que renunciar a nuestra propia personalidad, ni a las creencias que abrazamos por decisión propia, porque el gregarismo humano tiene una mayor complejidad que el animal.
Que a alguien se le aparte de un grupo por sus ideas, denota primitivismo cultural. El hecho de se acierte o se yerre al elegir determinadas ideas, siempre que éstas estén dentro de lo moralmente aceptable (que no es el caso de los etarras, por ejemplo), no significa que se sea mejor o peor persona.
La intemperie pues, cuando se ha puesto uno a disposición del grupo y ha sido rechazado por no pensar exactamente igual, resulta muy soportable.

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