Consuelo Ordóñez

Consuelo Ordóñez ha concedido una entrevista a Las Provincias. Cuenta cosas que no por muy sabidas son menos horribles. Eso de que cuando iba por la calle tenía que escuchar que le llamaran perra o le pedían que devolviera la bala es realmente horroroso. Indigna saber que quienes le decían esas cosas o permitían que se las dijeran reclaman luego derechos y privilegios. Reclamar privilegios es antidemocrático. Y para reclamar derechos hay que reconocerlos previamente a los demás. Es decir, hay que reconocer el derecho de Consuelo a reclamar la vida de su hermano, y también, claro, el de ir por la calle sin que la importune nadie.
Consuelo está satisfecha de haber venido a Valencia, en donde se encuentra muy a gusto. Pero yo hago constar lo que todo el mundo debe saber ya: que los valencianos no somos mejores que los vascos. Tampoco, peores. Somos iguales. Sin embargo, Consuelo Ordóñez no es la única que ha emigrado del País Vasco a la Comunidad Valenciana; lo han hecho también otros muchos.
Eso significa que el País Vasco los encargados de velar por la convivencia ciudadana no ponen mucho de su parte en este menester. Tienen otras prioridades, como la de tensar sus relaciones con el Gobierno de España y no poner todo su empeño en acabar con ETA. Eso lo demuestra, por ejemplo, el poco apoyo que ha recibido Consuelo Ordóñez del Gobierno Vasco.