El obispo de San Sebastián se ha referido, según un artículo que publica hoy El País, a la violencia que amenaza, extorsiona y destruye como un obstáculo para avanzar hacia la pacificación. Pienso que podría haber sido un poco más explicito y decir que apoyar a ETA, o comprenderla o justificarla es pecado.
El mismo obispo, dice que la aplicación excesivamente rígida de la ley y otras medidas también son un obstáculo para ese mismo avance hacia la pacificación. Y aquí el señor obispo ha metido la pata por completo, porque la ley está para ser aplicada. ¿O es que insinúa que unos delincuentes han de ser mejor tratados que otros? ¿Y esos delincuentes que han de ser mejor tratados son, por casualidad, los etarras? ¿Le parece, entonces, una aplicación dura de la ley que un etarra pueda montar una cristalería en el mismo edificio en el que vive su víctima?
Añade que todos los ciudadanos están llamados a ser constructores de la casa común de la paz. En esto tiene razón. Pero están llamados desde siempre y entre los ciudadanos hay que contar a los sacerdotes y los obispos. Y el modo de construir esa casa común de la paz consiste en erradicar la lacra terrorista. En buscar la justicia por encima de cualquier otra consideración.
Yo le deseo al señor obispo que pueda, cuanto antes, criticar a ETA sin temor. Ojalá en este año 2006 que va a entrar dentro de unas horas.
El mismo obispo, dice que la aplicación excesivamente rígida de la ley y otras medidas también son un obstáculo para ese mismo avance hacia la pacificación. Y aquí el señor obispo ha metido la pata por completo, porque la ley está para ser aplicada. ¿O es que insinúa que unos delincuentes han de ser mejor tratados que otros? ¿Y esos delincuentes que han de ser mejor tratados son, por casualidad, los etarras? ¿Le parece, entonces, una aplicación dura de la ley que un etarra pueda montar una cristalería en el mismo edificio en el que vive su víctima?
Añade que todos los ciudadanos están llamados a ser constructores de la casa común de la paz. En esto tiene razón. Pero están llamados desde siempre y entre los ciudadanos hay que contar a los sacerdotes y los obispos. Y el modo de construir esa casa común de la paz consiste en erradicar la lacra terrorista. En buscar la justicia por encima de cualquier otra consideración.
Yo le deseo al señor obispo que pueda, cuanto antes, criticar a ETA sin temor. Ojalá en este año 2006 que va a entrar dentro de unas horas.
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1 comentario:
VICENTE
Que 2006 sea un gran año para ti y tu familia.
Fuerte abrazo desde México
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