Hacía notar ayer Rafa Marí, en Las Provincias, lo siguiente:
Aquí, en la Comunidad Valenciana, muchos periodistas le dan caña al gobierno de Camps. Leo a diario la prensa catalana y echo en falta un talante crítico similar con Maragall o Carod-Rovira, ambos envueltos en una bandera que los blinda. El manto de la Patria protege a los que mandan de la insolencia ajena.
El nacionalismo es perfectamente legal y los nacionalistas tienen derecho a tener sus ideas y expresarlas, pero una vez dicho esto se puede añadir que no parece que soporten la discrepancia ni la crítica. Lo que apunta Rafa Marí debería producir sonrojo en Cataluña. En lugar de ello, han creado la Ley Audiovisual de Cataluña, que Antonio Fontán, presidente del Consejo Deontológico de la FAPE, considera inconsticional. En el informe del Consejo Audiovisual de Cataluña, publicado por El Periódico, hay párrafos tan tajantes como el que sigue:
También constata que los programas de Jiménez Losantos y Vidal se orientan hacia el insulto o la vejación pública y tienen intención de crear un estado de opinión pública de animadversión hacia representantes democráticos de la ciudadanía, así como el objetivo de ofrecer una imagen denigrada de las instituciones catalanas.
Este informe fue aceptado por todos los grupos políticos a excepción del PP, como se lee en el citado diario.
Se puede pensar que los medios que no comulguen expresamente con el ideario nacionalista pueden sentir perpetua inquietud. En cualquier momento y por cualquier motivo se les puede aplicar una sanción. Es más que probable que los medios claramente nacionalistas gocen de amplia libertad. Quizá han ocurrido casos graves y el CAC no ha dicho nada.
Esa necesidad de establecer mecanismos de control es incluso más repugnante que aquello que dicen combatir, ya que introduce el temor en el desempeño de las tareas informativas y de opinión.
Aquí, en la Comunidad Valenciana, muchos periodistas le dan caña al gobierno de Camps. Leo a diario la prensa catalana y echo en falta un talante crítico similar con Maragall o Carod-Rovira, ambos envueltos en una bandera que los blinda. El manto de la Patria protege a los que mandan de la insolencia ajena.
El nacionalismo es perfectamente legal y los nacionalistas tienen derecho a tener sus ideas y expresarlas, pero una vez dicho esto se puede añadir que no parece que soporten la discrepancia ni la crítica. Lo que apunta Rafa Marí debería producir sonrojo en Cataluña. En lugar de ello, han creado la Ley Audiovisual de Cataluña, que Antonio Fontán, presidente del Consejo Deontológico de la FAPE, considera inconsticional. En el informe del Consejo Audiovisual de Cataluña, publicado por El Periódico, hay párrafos tan tajantes como el que sigue:
También constata que los programas de Jiménez Losantos y Vidal se orientan hacia el insulto o la vejación pública y tienen intención de crear un estado de opinión pública de animadversión hacia representantes democráticos de la ciudadanía, así como el objetivo de ofrecer una imagen denigrada de las instituciones catalanas.
Este informe fue aceptado por todos los grupos políticos a excepción del PP, como se lee en el citado diario.
Se puede pensar que los medios que no comulguen expresamente con el ideario nacionalista pueden sentir perpetua inquietud. En cualquier momento y por cualquier motivo se les puede aplicar una sanción. Es más que probable que los medios claramente nacionalistas gocen de amplia libertad. Quizá han ocurrido casos graves y el CAC no ha dicho nada.
Esa necesidad de establecer mecanismos de control es incluso más repugnante que aquello que dicen combatir, ya que introduce el temor en el desempeño de las tareas informativas y de opinión.
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1 comentario:
Ah la eterna manipulación de los medios de prensa o audio. Quiero felicitarte las navidades y me alegro mucho que haya caído algo de la Lotería en Valencia, (y más si te ha caído algo a ti). Felices fiestas y mucha suerte para el 2006. Un abrazo
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