sábado, diciembre 03, 2005

El grito ( E.Munch, 1893)

Aparte de lo acertado de la concepción y realización, no cabe duda de que el gran éxito de "El grito" se debe a que muchos de quienes vemos el cuadro, o su fotografía, nos identificamos con él, bien sea gritando interiormente o comprendiendo que el protagonista grite.
En el puente hay otras dos personas que caminan de forma sosegada (Al informanos, sabremos que iban con el autor). El resto de la escena no indica ninguna cosa que incite a gritar. Al fondo hay un poblado que parece tranquilo. El grito surge, pues, de forma espontánea. Eso es lo que sugiere el cuadro al espectador que lo contempla por primera vez.
Si hacemos abstracción de lo ya transcurrido, porque no es cierto eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor, y nos fijamos en la actualidad, esta composición cobra actualidad inmediata, por lo menos para todas aquellas personas que no se complacen en aterrorizar al prójimo.
Siguen habiendo muchos y muy graves problemas en el mundo, pero no hay excesivo interés en resolverlos, sino que nos enredamos en cuestiones pequeñas y de mucha menor importancia. En el plano nacional, la vida política está excesivamente crispada. Algún destacado miembro del PSOE ha dicho que ésta se terminará cuando los crispadores alcancen el poder. Me temo que esta afirmación sólo es la mitad de la verdad. Como mucho.

Las cosas de don Antonio

Rafa Marí:

Aunque sé que estoy en minoría, creo que una de las asignaturas pendientes de los restaurantes españoles (o de los clientes) es su intolerancia con los perros, habitualmente tan educados y humildes.

RACV

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E. Munch: El grito, 1893

1 comentario:

Portobello dijo...

Nada más apropiado que ese estupendo cuadro. Crispación no falta, esté el gobierno que esté. En fin, igual cuando se dediquen a sus ciudadanos tal vez se les ocurra dejar de pelearse. Terrible panorama tenemos, y triste. Saludos de fin de semana.