viernes, noviembre 10, 2006

Grass y De Juana, casos distintos y distantes

Da noticia Rafa Marí de una carta de Günter Grass, que publicó el diario Haaretz, en la que se disculpa ante los judíos por su pasado nazi. Este episodio está dando demasiado que hablar, sobre todo teniendo en cuenta que si no hubiera sido por la notoriedad del personaje no es probable que hubiera salido a relucir. Lo confesó porque un día u otro hubiera sido descubierto por alguien, por lo que ha considerado conveniente ser él quien lo diga. Sin su capacidad de redención el ser humano no tiene modo de justificarse. No debería tenérsele en cuenta al escritor algo tan antiguo, teniendo en cuenta además que el resto de los habitantes del planeta tampoco son serafines alados.
Y mientras Günter Grass se ve obligado a disculparse una y otra vez por algo que ocurrió en tiempos remotos y que ha confesado el mismo, De Juana Chaos, asesino reiterado, que además brincaba de alegría en la cárcel y pedía champán para celebrarlo, cada vez que sus compinches le emulaban en su afición asesina, lejos de arrepentirse y pedir perdón, hace huelgas de hambre, porque está cansado de vivir en la cárcel. Y hay católicos practicantes que se preocupan por ello y hay tontos que hacen preguntas tontas. Así Otegi: Y si como resultado de la huelga de hambre se muere, ¿qué hacemos? La respuesta es fácil. No hay más que ver lo que se hace en casos similares. Todos los días muere gente. Está visto que en el mundo rige la arbitrariedad y que no todos son tratados con el mismo o similar criterio por la opinión pública general.

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1 comentario:

María Paz Díaz dijo...

Creería en la empatía de Otegui si fuera igual de empático con las víctimas del etarra.
Como no lo es, no me lo creo, debe estar haciendo política.