martes, noviembre 07, 2006

Vivir sin coche

Antiguamente valía la pena tener coche. Hasta el año 1973 la gasolina era muy barata y resultaba muy fácil aparcar en cualquier lugar. Eran tiempos en los que se juntaban unos cuantos jóvenes y de pronto decidían ir a tomar café a algún lugar que distaba 100 ó 150 kms. Con el encarecimiento de la gasolina todo se fue complicando y por otro lado el parque automovilístico comenzó a crecer desaforadamente.
En nuestros días la contaminación ya es preocupante y conviene comenzar a hacer algo. Teniendo en cuenta que conducir por las ciudades hace tiempo que dejó de ser placentero y encontrar aparcamiento viene a resultar tormentoso más de una vez.
Recuperar el hábito de pasear por las calles, que fue frecuente en tiempos que hoy parecen remotos, sería muy beneficioso por muchos motivos, además de que es el mejor modo de admirar las ciudades. Andar y utilizar los transportes públicos. Serviría para mejorar la salud y para evitar el complejo de culpa cada vez que se mencione el cambio climático o el efecto invernadero, etc. Claro que para ayudar a la gente a tomar la decisión de cambiar de hábitos en este sentido sería conveniente que los ayuntamientos optaran por hacer agradables las aceras y por mejorar los transportes públicos. Sin embargo, se les nota más predispuestos a favorecer al parque rodado y a procurar que se vayan encontrando todos los semáforos en verde.


Sandra Correa León, encarcelada

El valor de la palabra dada

'En compañía del sol'

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias

------ Yo tampoco tengo coche, y vivo bien ------

Yo no tengo vehículo de motor y creo que vivo bien. Un automóvil o moto (y su mantenimiento y demás gastos) es caro, hay peligro en las carreteras (más con las motos), contaminan, ponen a la gente nerviosa, violenta o de mal humor, etc. Es una suerte y bueno vivir sin coche y sin motocicleta.

Como alternativas tenemos buscar trabajo, colegio de los hijos, etc. cerca de casa. Aunque el sueldo sea menor el tiempo, dinero y peligro de carreteras que se ahorran pueden compensar con creces. Y si hay que desplazarse no muy lejos se puede ir andando o en bicicleta. Para mayores distancias, si es posible, se puede ir en autobuses, trenes, compartiendo coche con los compañeros de trabajo o vecinos del pueblo, ...

Otro mundo es posible ... y necesario ...