miércoles, febrero 01, 2006

El Mestalla, de nuevo

El fútbol tiene la consideración social que sabemos y las cosas son así y hay que aceptarlas. Pero no me parece un acierto que un concejal eleve este hecho a la categoría de deseable. Los éxitos de un club de fútbol alegran, pero esa alegría pasa pronto. A mí me produciría una alegría mucho más duradera vivir en una de la ciudades más limpias de Europa. Preferiría saber que tenemos la circulación rodada más perfecta y civilizada y que se puede andar tranquilamente por las aceras. Me siento más orgulloso de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, o de la Lonja, que de todos los triunfos futbolísticos. Me sentiría sumamente satisfecho de que nuestra ciudad fuera pionera en investigación y tecnología. Y de que el nivel democrático de nuestros políticos fuera extraordinario y de que nadie aprovechara demagógicamente aquellas cuestiones, como la subestación eléctrica de Patraix, por ejemplo, para hacer daño al rival.
Puesto que tantos valencianos son aficionados al fútbol, me parece bien que el Ayuntamiento de la ciudad trate de ayudar a los clubes de la ciudad a solucionar sus problemas.
Recalificar el viejo Mestalla no es una solución ágil e imaginativa, a mí me parece una atrocidad. Vivo suficientemente lejos de la zona, por lo que no tengo ningún interés particular. Como residente en Valencia, considero que eso es destrozar la ciudad y entre ésta y el club de fútbol, me quedo con la primera. Si construir el estadio en un solar que estaba destinado para otras cosas, en una zona saturada de tráfico, se considera solución ágil e imaginativa, apaga y vámonos.
Cuando el Señor Domínguez escribe la frase:

En Valencia tendremos un gran estadio, en consonancia con la grandeza e importancia de esta ciudad.

da la impresión de que se considera dueño de Valencia y no servidor suyo.
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Nos referimos a aquellos paisanos que, por un plato de lentejas (contratos, publicación de obras, discos, etc.), han renunciado a sus orígenes y repudiado sus señas de identidad. Todos aquellos intelectuales valencianos que han apoyado la causa del imperialismo catalán, contribuyendo con sus capacidades y habilidades a construir los argumentos con los que se sostiene el andamiaje de los “Països Catalans”, a cambio de que sean publicadas sus obras literarias, musicales, artísticas...

El disfraz

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