Hallazgos en la blogosfera

Supongo que puedo decir, sin tener que dar más explicaciones, que a estas alturas de mi vida me he dado cuenta de que como más hubiera disfrutado hubiera sido como maestro, profesor, enseñante, o como se llame. Y que lo de dar matemáticas, o latín, o historia del arte no hubiera sido más que un pretexto para transmitir lo que realmente me interesa: la actitud ante la vida, la nobleza, la dignidad, etc. Naturalmente que para ello hay que estar a la recíproca, porque de otro modo es imposible, y porque un niño de cinco años es capaz de dar lecciones de todas esas cosas y de muchas más, con absoluta solvencia. Tratar a los demás con absoluta equidad y descubrirse ante quien también lo intenta y quizá lo logra con mayor precisión.
Pues todo eso está en la blogosfera. Aquí todos aprendemos de todos y muchos nos volcamos por completo. Yo, por lo menos, estoy entusiasmado. Creo que por este medio va a venir una revolución mundial, aunque lo más probable es que ocurra sin que acabemos de darnos cuenta del todo. Repartir ordenadores y conexiones a internet por todo el mundo podría ayudar a luchar contra el hambre y la corrupción. Desde luego que nos acerca mucho unos a otros, por grande que sea la distancia que nos separa.
Todo lo que antecede me permite hablar de dos blogs con los que he ido a tropezar, sin saber muy bien como.
Uno es el de Zenia y el otro de Silly . Las ideas políticas son barreras que nos separan a unos de otros. Los hechos culturales, que nos resultan tan entrañables y tratamos de proteger, para que no desaparezcan, también adolecen del mismo defecto. Deberíamos ser capaces de tener nuestras propias ideas políticas y de cuidar de nuestras particularidades culturales sin que ello nos impidiera respetar y amigar con otras gentes. Dejando aparte las particularidades de cualquier tipo, una persona tiene un corazón que late, una vivencias que compartir, una angustia que contar. Siempre digo que nadie tiene la obligación de acertar en sus elecciones personales, sí de intentarlo. Mientras no se demuestre lo contrario, todo el mundo lo intenta. Y muchas veces es imposible saber quien ha acertado y quien no.
Yo saludo a Zenia y a Silly y ojalá mucha gente de otras latitudes venga a enseñarnos lo que sabe, venga a captar lo que pueda valer la pena.