domingo, octubre 23, 2005

Sobre las lenguas y los caprichos

Lo cuenta Roberto L. Blanco Valdés, en La Voz de Galicia. Ocurre que un alto cargo del partido de Zapatero, ero, ero, ha tenido que disculparse por hablar en castellano. Y ese alto cargo es nada menos que Touriño, iño, iño, el que supuestamente ha librado a Galicia de Fraga. Y digo lo de supuestamente porque a veces el remedio es peor que la enfermedad, en el caso de que Fraga fuera una enfermedad, cosa en la que no me meto. Me refiero a lo que se decía en la campaña. También, y por otra parte, a que hay estupideces claramente definitorias.
Y una vez en el berenjenal idiomático, aprovecho para explicar que no entiendo que para juzgar a los etarras que logra atrapar el Estado se tenga que gastar un dineral en traductores. Encima que han hecho tantas maldades y dado el caso de que hablan castellano, eso no debería ocurrir. Alguien está obligando a que se tenga esas exquisiteces con esos sanguinarios asesinos.
Y otra cuestión es que hablando como hablamos todos los españoles el castellano, haya que gastar dinero en traductores en algunas autonomías. Quienes han de acudir a un juicio deberían tener la opción de renunciar a esa posibilidad, aunque fuera especificando que el dinero ahorrado en la traducción debería destinarse a la obra social que eligieran.
Y ahora ya toca recordar que el siglo XXI en el que todos sabemos que estamos, parece haber entrado de puntillas y no sólo él, sino también gran parte del anterior, o todo, en lo que concierne a ciertas cuestiones. Para defender idiosincrasias o particularidades del tipo que sean ya no es necesario atacar a las demás. Por otra parte, las identidades colectivas o idiosincrasias han surgido espontáneamente, como las flores silvestres. No está probado aún que cultivarlas en invernadero vaya a tener efectos positivos para ellas. Las lenguas siempre son un regalo de los dioses. Negar una significa negarlas todas. Quien ama un idioma y procura conocer sus reglas y sus secretos, los ama a todos.



Roberto L. Blanco Valdés


AVL
Regalito envenedado de Zaplana. Estos académicos cobran mucho cada mes. Quienes estuvimos en la manifestación en defensa del idioma valenciano no deberíamos tener la obligación de pagarles.


Gloria Norris

2 comentarios:

Portobello dijo...

Me encantan las lenguas, forman parte de la cultura de una nación, tantas como se conserven. Si bien es cierto que hablando castellano también, se debe evitar ese gasto innecesario de la traducción. Un saludo de una amante de los idiomas. Gracias por tus visita a mi blog.

Vicente Torres dijo...

Zuriñe:
Siempre visitos tus blogs, aunque no todos los días te deje comentarios.
Saludos