Leo en la sección "Cartas" de un periódico que un antiguo profesor dice que no cree que mantener relaciones sexuales con un alguien del mismo sexo sea como para sentirse orgulloso.
Sentirse orgulloso. Un familiar lejano mío arriesgó su vida una vez, en el mar, para sacar a otra persona, a la que no conocía de nada, de un remolino. Hace unos meses, durante el incendio de una casa en Valencia, una persona atravesó las llamas para salvar a otra de morir quemada. Éstos son los casos en los que yo sí me sentiría orgulloso, como supongo que también debe de estarlo Luis Melero después de haber escrito "La Desbandá". Ya me gustaría a mí poder crear algo igual. Pero por ser heterosexual no me produce ninguna satisfacción especial, quizá alivio al pensar en las discriminaciones que sufren quienes no lo son.
Hay gente a la que en su afán de defender determinadas ideas no le importa herir a las personas. Se olvida fácilmente que lo que es bueno lo es porque sirve a las personas. Por tanto, a la hora de defender las ideas hay que evitar las ofensas personales. Creo que en democracia se puede defender casi todo, pero sin caer en la intolerancia ni el dogmatismo.
Lo más importante no es la orientación sexual de cada uno, sino su actitud ante la vida. Procurar la felicidad de los demás y facilitarles el camino para llegar parece una buena actitud.
Sentirse orgulloso. Un familiar lejano mío arriesgó su vida una vez, en el mar, para sacar a otra persona, a la que no conocía de nada, de un remolino. Hace unos meses, durante el incendio de una casa en Valencia, una persona atravesó las llamas para salvar a otra de morir quemada. Éstos son los casos en los que yo sí me sentiría orgulloso, como supongo que también debe de estarlo Luis Melero después de haber escrito "La Desbandá". Ya me gustaría a mí poder crear algo igual. Pero por ser heterosexual no me produce ninguna satisfacción especial, quizá alivio al pensar en las discriminaciones que sufren quienes no lo son.
Hay gente a la que en su afán de defender determinadas ideas no le importa herir a las personas. Se olvida fácilmente que lo que es bueno lo es porque sirve a las personas. Por tanto, a la hora de defender las ideas hay que evitar las ofensas personales. Creo que en democracia se puede defender casi todo, pero sin caer en la intolerancia ni el dogmatismo.
Lo más importante no es la orientación sexual de cada uno, sino su actitud ante la vida. Procurar la felicidad de los demás y facilitarles el camino para llegar parece una buena actitud.
1 comentario:
... y lo que una persona haga en su casa, de puertas a dentro y con su vida sexual, sólo le incumbe a esa persona y los que estén con él/ella. El día que todo el mundo entienda esto... Puede que me sienta orgullosa de la humanidad :P
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