Tratar de definir en pocas palabras, el espacio no da para más, el arte de Miquel Navarro, es complicado. Si digo que es conocido como paisajista urbano no miento, aunque me sabe a poco. Si tuviera que quedarme con alguna faceta suya, elegiría su empeño en buscar alternativas a lo que comúnmente se tiene por irreversible. Me refiero con ello a su intento de que la importancia de la escultura no se vea reducida por la acción de la arquitectura. No hace mucho, regaló 512 obras al IVAM, que en contrapartida ha creado una sala permanente, que llevará su nombre. Se ha dicho que ha hecho esto porque no tiene espacio para guardarlas. Si esta afirmación obedeciera a falta de sensibilidad artística podría tener un pase. Pero es que se debe a falta de sensibilidad humana, pues tengo noticia de primera mano de su consideración por el prójimo, de su desprendimiento, de su generosidad. Conozco su taller y, por tanto, sé que hay espacio disponible más que suficiente para las 512 obras de marras y para otras muchas más.Por otro lado, los valencianos estamos acostumbrados a ver sus esculturas en nuestras calles. Es un autor sobradamente conocido y premiado en el mundo. Sus trabajos están presentes en otros afamados museos.Cuando se tiene delante a Miquel se piensa que la primera impresión es válida. Se advierte claramente que no esconde nada. Lo suyo es la lucha vital, es decir, el intento de justificarse ante sí mismo y ante los demás. El denuedo por sacar partido, para sí y para el mundo, de las habilidades con que la naturaleza lo dotó. Lo que trasciende de él es que, teniendo presente el pasado, pone su mira en el futuro
miércoles, noviembre 30, 2005
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1 comentario:
Me encanta descubrir artistas nuevos y este no lo conocía. Gracias por darnos a conocer a este valenciano. Estupendo texto, donde se intuye su trabajo a través de tus palabras. Visitar ese tipo de talleres o muestras llena mi ocio de significado. Un abrazo. Pena no poder ir a verlo
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