Hace muchos años que no escucho a Federico Jiménez Losantos por la radio. Tampoco a los demás. Nunca he sido oyente asiduo de ninguno. No debería haber tenido la necesidad de explicar esto, pero me temo que en España hay bastantes sectarios. Quizá en otros sitios también.
FJL tiene un espacio radiofónico en el que hace un programa a su manera. Algo sé de ello, no mucho, por lo que voy leyendo. Los españoles somos muy aficionados a las reglamentaciones minuciosas y las querellas. Es decir, que cualquier cosa que diga que no esté dentro de la legalidad puede ser contestada inmediatamente. Aquéllos a quienes critica, de modo exagerado y poco elegante, según parece, no son mancos precisamente, sino muy poderosos. De ello da prueba que ahora muchas voces intentan acallarlo o que la Cope le haga cambiar su discurso. También podría ser que algunos de los que lo quieren acallar estén en contra de la ilegalización de Batasuna.
El mejor modo de acallar a FJL, como todo el mundo sabe, consiste en quitarle la audiencia, porque esa es otra, si no tuviera tanta audiencia no molestaría a nadie.
Don Carlos Fanlo Malagarriga tiene todo el derecho del mundo a estar indignado con FJL, o incluso conmigo, si se diera el improbable caso de que me hubiera leído alguna vez. Pero hay muchos modos de decir las cosas y el modo de decir demuestra el autodominio de cada uno. Al Juez Fanlo le ha salido no ya la indignación sino el odio en estado puro. La perla de su disertación es la que sigue:
"Los de Terra Lluire te tirotearon. Fueron crueles al herirte en la pierna. De haber apuntado al corazón, nada te hubiesen lesionado porque careces de él"
A mí no me cabe ninguna duda de que el Juez Fanlo sí tiene corazón. Todos lo tenemos. Pero para escribir este artículo tuvo que dejarlo de lado. Cuando se critica a una persona no se debe aludir jamás a ninguna desgracia previa que haya sufrido ésta. Un atentado es una brutalidad, sea la víctima FJL o sea Idígoras.
No sé el artículo del juez será merecedor de querella, ni si ésta tiene alguna posibilidad de prosperar. También puede ser que se enmarque dentro de la libertad de expresión. Pero me asusta que hayan jueces capaces de reaccionar así.
FJL tiene un espacio radiofónico en el que hace un programa a su manera. Algo sé de ello, no mucho, por lo que voy leyendo. Los españoles somos muy aficionados a las reglamentaciones minuciosas y las querellas. Es decir, que cualquier cosa que diga que no esté dentro de la legalidad puede ser contestada inmediatamente. Aquéllos a quienes critica, de modo exagerado y poco elegante, según parece, no son mancos precisamente, sino muy poderosos. De ello da prueba que ahora muchas voces intentan acallarlo o que la Cope le haga cambiar su discurso. También podría ser que algunos de los que lo quieren acallar estén en contra de la ilegalización de Batasuna.
El mejor modo de acallar a FJL, como todo el mundo sabe, consiste en quitarle la audiencia, porque esa es otra, si no tuviera tanta audiencia no molestaría a nadie.
Don Carlos Fanlo Malagarriga tiene todo el derecho del mundo a estar indignado con FJL, o incluso conmigo, si se diera el improbable caso de que me hubiera leído alguna vez. Pero hay muchos modos de decir las cosas y el modo de decir demuestra el autodominio de cada uno. Al Juez Fanlo le ha salido no ya la indignación sino el odio en estado puro. La perla de su disertación es la que sigue:
"Los de Terra Lluire te tirotearon. Fueron crueles al herirte en la pierna. De haber apuntado al corazón, nada te hubiesen lesionado porque careces de él"
A mí no me cabe ninguna duda de que el Juez Fanlo sí tiene corazón. Todos lo tenemos. Pero para escribir este artículo tuvo que dejarlo de lado. Cuando se critica a una persona no se debe aludir jamás a ninguna desgracia previa que haya sufrido ésta. Un atentado es una brutalidad, sea la víctima FJL o sea Idígoras.
No sé el artículo del juez será merecedor de querella, ni si ésta tiene alguna posibilidad de prosperar. También puede ser que se enmarque dentro de la libertad de expresión. Pero me asusta que hayan jueces capaces de reaccionar así.
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4 comentarios:
Hola Vicente,
tu última frase me recuerda otra que hace poco alguien me decía:
No te asustes cuando veas a un juez con los ojos vendados, asústate cuando lo veas con los ojos vendidos. En este caso, a ese hombre, tenga los ojos vendados o vendidos yo preferiría no encontrármelo en una sala.
Entre miles de cosas, ese mal llamado juez probablemente olvida cuando otras pistolas segaron la vida de compañeros suyos, digamos Francisco Tomás y Valiente o Luis Portero, por ejemplo, que son los que recuerdo más recientes.
Por último, la pregunta que me planteo es si el propio juez hiriendo como hiere a mucha gente es cruel como Terra Lliure, o bien simplemente tiene mala puntería.
Un saludo, Domingo.
Que poca piedad hay en los medios últimamente, y se dice juez, no quiera la providencia que caiga alguna vez en semejantes manos. Que desverguenza mental. Un abrazo Vicente
Es la primera vez que visito su blog, pero m,e parece correcto y razozonable.
Esté de acuerdo o no con usted, son cosas que hoy no abundan.
Enhorabuena
Los limites a la libertad de expresion los fija claramente la propia Ley. Que el juez haga apologia del terrorismo, y vierta amenazas en su escrito, es un abuso a ese derecho que como toda persona tiene.
Y eso sin entrar en la cuestion etica y deontolgica por el cargo que ocupa.
Saludos.
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