Al advenimiento de la democracia, en España casi todos entendimos que eso suponía que a partir de entonces podríamos actuar como personas adultas, con la capacidad para decidir entre todos lo que queremos y para intentar corregir aquellos errores que creamos que hemos cometido. Es decir, democracia significa más responsabilidad, más solidaridad, puesto que nos necesitamos todos, más respeto a las minorías. Sin embargo, algunos han creído que con la democracia todos somos iguales, confundiendo el hecho de que todos los votos valgan lo mismo con que todas las opiniones merezcan la misma atención. También hay quienes piensan que cada uno puede hacer lo que quiera. Éste parece ser el caso del ayuntamiento de Sueca, que ha adoptado el dominio .cat, según informa el diario Las Provincias. Este ayuntamiento no se ha detenido a pensar que su gesto es un desprecio a la Comunidad Valenciana, a la que pertenece, y también a España. Ser demócrata supone aceptar los designios de la mayoría, aunque no se compartan, que no se tienen por qué compartir. El ayuntamiento de Sueca tiene la posibilidad de intentar convencer a todos los valencianos de que sus tesis son las más correctas y las más convenientes y si logra convencer a un número suficiente de votantes, ya puede hacer lo que desea. Lo que ha hecho y el modo en que lo ha hecho es un atentado a la convivencia.
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