miércoles, diciembre 29, 2004

IV Centenario de Don Quijote de la Mancha


(...) No veo yo incongruencia alguna entre la ternura de alma , honestidad, decoro y nobleza que trasunta cada palabra de Cervantes, y las <> o aun la abyección que algunos le reprochan y en cuyo borde estuvo, aunque es también seguro que no se despeñó en ellas: el tono de su voz nos lo declara. La templada blandura de su corazón, una astucia incansable en su lucha contra la miseria, contra el mal, lo preservaban de lo tenebroso. Nadie está libre de caer en el lodazal; pero hay quien, una vez caido, se encenaga hasta por soberbia (la soberbia satánica), y hay quien, sintiendose limpio por dentro, procura no enfangarse sino lo indispensable, y jamás pierde la esperanza de nueva pureza (...)
Cervantes, abyecto (1948) contenido en el "El tiempo y yo" publicado en 1992. Francisco Ayala.

El próximo año es el cuarto centenario de Don Quijote de la Mancha. Contra el decir de algunos, no se trata de un libro aburrido, ni creo que le sobre ninguna página. Está escrito de un tirón y su finalidad es hacer reír. A mí me parece sumamente divertido y lleno de ternura. Por otro lado, sigo viendo por nuestras calles a todos esos señorones y truhanes desconsiderados que pululan por el quijote, incapaces de penetrar en el alma humana y, por tanto, sin posibilidad de reconocer en el caballero andante al genio capaz de sobrevivirles a todos. Y sin comprender tampoco al humilde Sancho, que gracias a su fidelidad también logrará acompañar a su amo en su camino hacia la inmortalidad.
Si los españoles podemos enorgullecernos de algo es precisamente de contar entre los nuestros a Cervantes, y de haber dado el quijote al mundo. Porque según demostró Julián Marías en Cervantes, clave española (1990), no podía haber sido otra cosa que español.
Cuando llegue el momento en que la humanidad se ahogue en sus propias vulgaridades, porque ya le llegan hasta el cuello y el nivel siga subiendo, tendrá que echar mano de lo sublime, para lograr las supervivencia. Y entonces, todos leerán el quijote ávidamente, tratando de nutrirse con la nobleza, altura de miras, generosidad, sentido del humor, etc. del genial hidalgo manchego.
Posted by Hello

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