Energía nuclear

Una de las cosas que han salido a relucir con la OPA de E.ON a Endesa es que, si triunfara, la compañía alemana podría decidir instalar alguna central nuclear en España. Y puestos a pensar en las consecuencias de la Unión Europea, que es la que propicia que esta OPA se haya podido producir, podemos ir un poco más lejos y suponer que se ha llegado al final del proceso y tenemos, por tanto, un solo gobierno. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta de que en este supuesto las cosas cobran una nueva dimensión y la necesidad de llevar agua a donde es menester se resuelve de modo más fácil y el recurso a la energía nuclear puede mostrarse de pronto como la opción más prudente.
Sorprendentemente, desde que en España se decidió dejar de lado este tipo de energía ni siquiera se ha discutido si esa medida fue acertada o no, a pesar de que varios países han vuelto a optar por construir centrales nucleares. Tampoco hemos averiguado de donde surgía la financiación de aquellos grupos contrarios que llenaron todo de pintadas con la leyenda ¿nucleares? no, gracias.
La excesiva dependencia española del gas y del petróleo harían aconsejable, cuando menos, que se estudiara la conveniencia de apostar de nuevo por la energía nuclear.

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