Desaparecida la vergüenza de la escena pública (durante siglos la palabra dada ha tenido más valor del que tiene hoy una firma ante notario; habrá que ir pensando en exigir alguna prenda cuando se haga alguna transacción), a los ciudadanos nos quedaba la confianza en los contrapoderes, la oposición, los sindicatos, las asociaciones de consumidores, la prensa. Pero ya ni siquiera somos ciudadanos, sino, como mucho, ciudadanos consumidores. No importa lo que queremos y deseamos, sino que nos dan consignas sobre lo que hemos de pensar y nos crean hábitos de consumo, para que compremos lo que nos quieren vender. Cuidan a las empresas, no a los ciudadanos.
Presenté hace tiempo una reclamación ante una Dirección General, pues una empresa del ramo de esa D.G. se había negado a cumplir un servicio que tenía contratado conmigo. El incumplimiento era tan flagrante que en cuanto se presentó en sus oficinas un abogado, enviado por mí, preguntando por los motivos de su actitud, se apresuró a prestar el servicio. Reclamé a la Dirección General que me abonaran la minuta del abogado, puesto que había sido necesario para que se cumpliera lo pactado y ésta Dirección General, después de muchos meses, da la razón a la demandada, imitando en la redacción de su resolución el estilo tosco y descuidado de aquella, como si se hubiera limitado a copiar sus alegaciones.
En este artículo, que publica el diario El País, salen a relucir casos que vienen a explicar lo que me sucedió, al poner de manifiesto el desinterés de la Administración por los ciudadanos. Una operadora secuestra una línea de internet de un usuario, sin que éste se entere y sin que la compañía con la que tenía contratado el servicio hasta ese momento pueda hacer nada. Cuando después de innumerables gestiones, el perjudicado consigue averiguar lo que ocurre la secuestradora ofrece tres meses gratis como compensación por la tropelía. La única compensación decente que se me ocurre es una multa de muchos millones de euros por parte del gobierno. ¿Qué es eso de que la compañía titular del servicio no pueda consultar con su cliente antes de tramitar la baja? No debería el gobierno dejar a los usuarios a merced de las operadoras.
Presenté hace tiempo una reclamación ante una Dirección General, pues una empresa del ramo de esa D.G. se había negado a cumplir un servicio que tenía contratado conmigo. El incumplimiento era tan flagrante que en cuanto se presentó en sus oficinas un abogado, enviado por mí, preguntando por los motivos de su actitud, se apresuró a prestar el servicio. Reclamé a la Dirección General que me abonaran la minuta del abogado, puesto que había sido necesario para que se cumpliera lo pactado y ésta Dirección General, después de muchos meses, da la razón a la demandada, imitando en la redacción de su resolución el estilo tosco y descuidado de aquella, como si se hubiera limitado a copiar sus alegaciones.
En este artículo, que publica el diario El País, salen a relucir casos que vienen a explicar lo que me sucedió, al poner de manifiesto el desinterés de la Administración por los ciudadanos. Una operadora secuestra una línea de internet de un usuario, sin que éste se entere y sin que la compañía con la que tenía contratado el servicio hasta ese momento pueda hacer nada. Cuando después de innumerables gestiones, el perjudicado consigue averiguar lo que ocurre la secuestradora ofrece tres meses gratis como compensación por la tropelía. La única compensación decente que se me ocurre es una multa de muchos millones de euros por parte del gobierno. ¿Qué es eso de que la compañía titular del servicio no pueda consultar con su cliente antes de tramitar la baja? No debería el gobierno dejar a los usuarios a merced de las operadoras.
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1 comentario:
Los medios se han hecho eco de muchos casos parecidos. Especialmente con la línea de tarifa plana ADSL, en línea 900 de tve2 han denunciado varios casos. Por cierto, se que no sueles escribir mucho de cine, pero si algo te animas a hacer, hazmelo saber, (aunque suelo ojearte a menudo) para participar en el nuevo blog que he abierto de cine con multiples firmas, y tu texto iría a este blog, al igual que tu firma. Un abrazo
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