Hablar del agua resulta complicado. Queda muy poca y encima no llueve. Y además vivimos en un país al que cuesta mucho llamar España, en donde al egoísmo ya se le ponen apellidos. Egoísmo racional, dijo Maragall.
Por su parte, los socialistas valencianos consideran utópica la pretensión de despolitizar esta cuestión, porque dicen que el PP siempre trata de sacar rentabilidad política de ella. De su modo de hablar se desprende que lo que pretenden es la rendición total del PP.
La Comunidad Valenciana, el Levante le dicen, cuando no cosas peores, necesita a los socialistas valencianos, pero son éstos los que se han rendido totalmente. Tienen muy poco peso específico dentro de su partido, sobre todo si se les compara con otros líderes o agrupaciones socialistas.
Corren rumores de que la Ministra de la cosa, la Narbona, aprovecha los Consejos de Ministros para aterrorizar a sus compañeros del Gobierno con sus predicciones apocalípticas sobre la enorme sequía que se nos viene encima. Pero no dice como poner remedio. Parece que todo apunta hacia la reducción del consumo. No lavarnos, no beber, o sea, no derrochar el agua.
La señora Narbona y su marido, el señor Borrell, tienen cara de inteligentes, de muy inteligentes. Sería de mal gusto que utilizaran esa inteligencia para convencernos de alguna cosa.
Por su parte, los socialistas valencianos consideran utópica la pretensión de despolitizar esta cuestión, porque dicen que el PP siempre trata de sacar rentabilidad política de ella. De su modo de hablar se desprende que lo que pretenden es la rendición total del PP.
La Comunidad Valenciana, el Levante le dicen, cuando no cosas peores, necesita a los socialistas valencianos, pero son éstos los que se han rendido totalmente. Tienen muy poco peso específico dentro de su partido, sobre todo si se les compara con otros líderes o agrupaciones socialistas.
Corren rumores de que la Ministra de la cosa, la Narbona, aprovecha los Consejos de Ministros para aterrorizar a sus compañeros del Gobierno con sus predicciones apocalípticas sobre la enorme sequía que se nos viene encima. Pero no dice como poner remedio. Parece que todo apunta hacia la reducción del consumo. No lavarnos, no beber, o sea, no derrochar el agua.
La señora Narbona y su marido, el señor Borrell, tienen cara de inteligentes, de muy inteligentes. Sería de mal gusto que utilizaran esa inteligencia para convencernos de alguna cosa.
3 comentarios:
Gracias Vicente por visitarme y comentar. Te seguiré de cerca. Me gusta como escribe, es claro y sin embarrullar el significado. Un toque irónico tienes, no?
Un saludo
Zuriñe Luna
SALUDOS VICENTE. DESDE EL CARIBE EN.
http://zeniaregalado.blogia.com
He leído que la próxima guerra mundial podría ser por el agua. Quizás por ello soldados de Bush están tan bien metiditos en Paraguay, cerca de las reseras de la zona de El Chaco.
Por acá Katrina acabó con la sequía en el occidente, pero cómo dejó muertos en EE.UU, es una tragedia.
Solo ahi una fomra real de acabar cno la sequia...
cambiar los cultivos, sobra agua para consumo humano e industrial, ya q esto supone un minusculo porcentaje del agua utilizada, la gran malloria se la llevan cultivos que no son propios de nuestra tierra y e consecuencia consumen una cantidad de agua que no podemos suministrar.
en lugar de tanta pelea y tanto destrozar el medio ambiente a golpe de presa deberian adaptarse alo que la tierra nos da...
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