Fotografía de los alrededores del Palau, de
Consuelo Chambó
Calatrava es un arquitecto de fama mundial y los valencianos debemos estar orgullosos de él y lo estamos, ya que es paisano nuestro. Pero su elección como arquitecto, sin concursos previos, para las grandes obras de nuestra ciudad nos obliga a pagar un precio que podría ser excesivo.
El Palau de les Arts es algo que necesitamos desde hace tiempo, pero ya desde el principio está recibiendo críticas de los sectores especializados, y mientras tanto va creciendo a ritmo vertiginoso el presupuesto.
Creo que fue el director de escenografía de la Scala de Milán, aunque podría equivocarme de persona, porque ya hace tiempo de ello, quien criticó el escaso aforo y la escasa calidad acústica, que se sacrificó para poder incorporar elementos efectistas y demagógicos, como el muro cortina del Foyer, los muros de hormigón blanco, etc.
Por otro lado, no ha satisfecho mucho en los ambientes valencianos que se haya dado un contrato millonario a Zubin Mentha, olvidando a directores de la tierra como José María Cervera Collado o Enrique Garcí Asensio, por poner solo dos ejemplos.